Lo has notado varias veces, estás sentado en el tráfico, llegas tarde a una reunión importante, uno de tus hijos no para de llorar…. Tu hipotálamo, una pequeña torre de control que está en tu cerebro, envía la orden y tu cuerpo empieza a segregar las hormonas del estrés. Estas hormonas son las mismas que activan la respuesta de «lucha o huida», herencia de nuestros más pretéritos antepasados. Notas como se acelera el corazón, y se acorta tu respiración y tus músculos se tensan preparándose para la acción. Esta respuesta forma parte de nuestro mecanismo de defensa, diseñado para protegernos en una emergencia al prepararlo para reaccionar rápidamente. Pero cuando la respuesta al estrés se dispara, día tras día, se convierte en un problema de salud de primer orden.
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