Cuando un fumador abandona el tabaco, el cuerpo tarda entre una semana y diez días en eliminar toda la nicotina, la principal sustancia adictiva de los cigarrillos. Sin embargo, recientemente se ha observado que la velocidad a la que se expulsa la nicotina depende de cada persona. Por ello, ese ritmo para metabolizar la nicotina se presenta como un factor clave para determinar el tipo de tratamiento más eficaz para dejar de fumar, aseguran desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).