Llega el calor y con él nos invitan a guardar las botas y calzado cerrado en el armario y a liberar nuestros pies. Pero tenemos que saber que el uso continuado de sandalias y chanclas puede provocar la aparición de lesiones inflamatorias, como la fascitis plantar o los esguinces, además de generar ampollas, rozaduras, hongos y durezas.