Desde el inicio de la pandemia, los chinos han utilizado, además de todos los medios de la medicina occidental, la medicina tradicional china, no sólo la acupuntura, también la fitoterapia, la moxibustión y Qi Gong, además de la dieta.
En Febrero de este año, hemos visto infinidad de imágenes donde se trataba en China a pacientes infectados por coronavirus con acupuntura, incluso aquellos intubados y conectados a ventilación mecánica. Xa Nanping, viceministro de Ciencia y Tecnología de China, afirmó que un 85 % de los pacientes del país asiático recibieron tratamiento combinado, es decir fueron tratados con medicina occidental y con medicina tradicional china (MTC).
En China, la MTC ha desempeñado un papel fundamental en la prevención, el tratamiento y la recuperación de COVID-19. Las cifras oficiales mostraron que el 91,6 % de los pacientes en la provincia de Hubei y el 92,4 % de los pacientes en todo el territorio de China fueron tratados con MTC. La tasa de eficacia total de tratamiento con MTC alcanzó más del 90%, demostrando ser eficaz para aliviar los síntomas, evitar que los casos leves y comunes se conviertan en casos graves, mejorar la tasa de recuperación y reducir la tasa de mortalidad, así como favorecer la recuperación de los pacientes durante su proceso de rehabilitación.
La combinación de la medicina tradicional china (MTC) y la occidental en el tratamiento del COVID-19 es efectiva según ha señalado Yu Yanhong, portavoz del Ministerio de Sanidad Chino y subdirector de la Administración Nacional de MTC. La combinación de ambas medicinas ayuda a reducir la duración de las estadías en el hospital, previene el desarrollo de síntomas leves, en condiciones graves y críticas reduce la tasa de mortalidad y también ayuda a recuperarse y aliviar las secuelas después del alta hospitalaria.
La acupuntura, la electro acupuntura y la moxibustión son capaces de mejorar el sistema inmunitario y el sistema respiratorio, y además pueden mejorar el estado emocional no sólo de pacientes, también de familiares y profesionales. Este aspecto psicosomático tiene un papel importante en cualquier proceso terapéutico, no sólo desde el punto de vista humano y el aspecto compasivo, sino también por su importancia en la prevención y en la mejora en los resultados de los tratamientos. Cuando las personas tienen estrés, ansiedad y miedo el sistema inmune se debilita, se eleva el cortisol y el ácido láctico y se ven afectados negativamente linfocitos, fagocitos, macrófagos, anticuerpos, etc. Entonces, aumentan los factores inflamatorios produciendo paradójicamente una hipoperfusión celular y tisular. El sistema inmunitario en la MTC se denomina Wei Qi. Cuando se produce un ataque externo y el Wei Qi no es capaz de realizar su función defensiva, uno o varios órganos se ven afectados y por lo tanto el equilibrio entre estos.
La MTC postula que tiene que existir un equilibrio entre nuestros órganos internos (ZANG FU) y contempla al ser humano como un todo. Nuestra medicina occidental, fuertemente influida por las ideas cartesianas, fragmenta al hombre. Este reduccionismo es muy útil para el estudio del ser humano, pero todos los componentes son esenciales, por lo que en un escenario ideal la figura del especialista no estaría en absoluto reñida con un enfoque holístico. La MTC con su corpus de conocimientos, acumulados durante miles de años, se basa en el equilibrio entre en YIN y el YANG. Este concepto no es en absoluto pseudocientífico.
Nuestro cuerpo es un universo en miniatura formado por miles de millones de bacterias y virus que mantienen un equilibrio constante. Estos dos platos de una balanza que la MTC, a través de ensayo/ error y de la observación de cuanto nos rodea, estableció hace ya miles de años, no es un concepto desconocido en nuestra medicina, donde este equilibrio (homeostasis) desde el punto de vista celular, hístico o sistémico está presente en nuestra práctica clínica diaria. Entre los muchos ejemplos podíamos citar la despolarización y la repolarización celular o el funcionamiento del sistema nervioso simpático y parasimpático. Este complejo y maravilloso sistema compuesto por miles de reacciones de naturaleza bioquímica y biofísica tiene como fin mantener la vida del individuo y perpetuar la especie. El oriental en general y el chino en particular tienen una mentalidad mucho más integrativa que el occidental. En China, conviven en un hospital servicios tan “occidentales” como la cardiología, radiología, neumología y traumatología con el servicio de MTC (Medicina Tradicional China).
Por ello, si con la acupuntura somos capaces de apoyar el trabajo del profesional sanitario y del tratamiento farmacológico, el paciente sin duda se beneficiará de ello. Nuestra sociedad occidental está muy polarizada, no se trata de elegir entre un sistema u otro. La acupuntura, igual que cualquier otra terapia natural, es una terapia complementaria, NUNCA sustituye a un diagnóstico ni a un tratamiento médico, farmacológico o quirúrgico, pero en cuestiones de salud, siempre es mejor sumar que restar, un abordaje multidisciplinar beneficiará al verdadero protagonista de nuestro trabajo que es el paciente.
Por otro lado, nuestra sociedad global, y en especial la occidental, caracterizada por un consumismo deshumanizado, ha tenido como consecuencia que las personas más vulnerables, bien por sus condiciones físicas, psíquicas o sencillamente por su avanzada edad, nos resulten un estorbo. Hemos observado con auténtico estupor como en los primeros meses de la pandemia algunas personas se sentían aliviadas al oír que este virus sólo afectaría a las personas mayores o a la personas con patologías previas, lo cual indica que algo falla. Esta filosofía del “sálvese quien pueda” es anti natural e inhumano. Cualquier especie por puro instinto de perpetuación tiende a proteger a sus semejantes. Incluso el propio coronavirus, una entidad que no es considerada ni siquiera ser vivo ya que necesita de albergarse en células para poder sobrevivir, nos da una lección de solidaridad inter especie.
Nuestra forma de vida, de pensar y de sentir, es otro factor que hace que nuestros sistemas inmunes estén debilitados. El estrés, la mala alimentación, la vida sedentaria, el miedo, la falta de un sentido en la vida, la pérdida de los valores y la sobremedicación hacen que nuestra homeostasis se vea profundamente alterada, y con ello nuestro sistema inmunitario. En estos momentos la prioridad es ayudar a las personas infectadas, evitar futuros contagios y disminuir con la ayuda de todos la morbimortalidad. Pero una vez que esto pase, espero que seamos capaces de darnos cuenta de que una forma de vida más coherente refuerza nuestro sistema inmunitario, y que la acupuntura con su demostrada capacidad inmunomoduladora pueda ser un gran aliado para mantener y recuperar el equilibrio, ya que en cuestiones de salud siempre es mejor sumar que restar.